ALMA A.C. CARBAJAL GUZMÁN
IMPRECISO
Levanta las cejas
y retírate de la escena.
¿Quién eres?
¿Qué sabes?
¿Qué vives?
¿Qué muere?
¿Un sentimiento, una idea?
¿Buscas perder?
– Yo sí, cuando respiro.
¿Dejas protocolos sobre la mesa, luego de la cena?
¿No sabes quién eres?
Preguntas, preguntas
de sogas al cuello,
cocinadas y condimentadas
para ser lo más imprecisos posibles.
COSTUMBRES
Pesadilla en la casa de papel.
La radio toca una canción
donde canta la ingenuidad humana.
Tu habitación,
llena de intentos ensangrentados, invisibles,
restos en el piso,
de los posibles tú
a medio vestir
sin traje de látex.
Apagas la luz
y regresas al juego de la muñeca,
entre los dedos, arriba y abajo
buscas adivinar tu futuro en líneas dispersas,
donde el ADN, se confunde con el monte de Venus.
La superficie se enfría
y cuelgas la superstición del accidente previo
sobre el picaporte.
La grieta,
la proximidad,
el grito.
El autor busca estar solo, esa es la costumbre.
FIJACIÓN
16 minutos,
fantasía incomprendida,
la duración de la ansiedad
entre mis pies
al azar.
Una fotografía incompleta,
plasma blasfemia, personalidad, ojos a medias.
La máscara contiene normalidad,
el rostro,
la espiral.
El vuelo del cucú,
el arraigo de un recuerdo,
debajo del ombligo,
dejo el más pequeño de mis dedos.
PRAY
Taciturno,
observo duplicarse la figura.
Estatuas con alma artificial
se mueven un poco más,
tras el velo de una penitencia servicial.
El ardor,
las armas,
mueven irreverencias,
repetitivas,
incontables,
sobre las paredes de la abadía
quedan petrificadas,
perdidas,
amenazadas,
destrozadas al final de la calzada,
donde los muertos ciernen el último discurso.
Una sed sobrenatural
me obliga a escribir,
una oración,
un deber contagioso,
cosecha lo peor de mi culpa
y al mismo tiempo,
se convierte en mi armadura.
CONFESIÓN
Abundantes siluetas,
espaldas cercenadas por abrazos desiguales,
quedan atrás,
tras el cerrojo frío
de un jirón.
Hogueras como puertas,
habitan en la consagrada infamia
a punto de abrirse,
a punto de quebrarse.
En la hornacina queda un aire divino
donde la guerra se instaló,
ligera como una pluma
la deidad huyó,
dejando las llaves de la verdad
al Dios de la ficción.
VISCERAL
Fabula azulada,
una pieza sin usar.
El origen de un abrazo,
la costumbre rota
y el estruendo antiguo,
todo es parte de lo mismo
… la exhumación del alma.
La distracción,
el beso original y la permanencia venial,
la absolución,
lo insaciable
…queda sin disección.
CUANDO LA LUZ SE HA IDO
Cuando la luz se ha ido
no quedan quejas,
insinuaciones
ni perturbaciones de carne y hueso,
solo ojos
quedan ,
como testigos del reflejo ahogado,
lo que nunca será,
la asechanza muerta del milagro.
Cuando la luz se ha ido
todo está permitido,
la muda alabanza,
el plagio de la sonrisa
la expresión,
el mensaje conspicuo
del incesante repetidor.
Cuando la luz se ha ido
quizá,
quizá
la pregunta se ha ido,
lo inhóspito,
lo normal,
la necesidad de hierro.
Nos veremos
en el último encuentro.
INCOHERENCIAS por ALMA A. C. CARBAJAL GUZMÁN se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
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